domingo, 17 de febrero de 2008

"Tienes motivos para creer en mí, no en Él"


A lo largo de la Historia han sido muchos los intentos de eliminar la Religión de las mentes de los hombres. Pero más que eso, la tendencia ha sido la de sustituirla por algún otro tipo de creencia. El comunismo, el nacional-socialismo, el naturalismo...
La "sed de Dios" parece ser consustancial al ser humano y los totalitarismos se han dado cuenta de que es mejor utilizarla en su favor que tratar de aniquilarla. Contaba Joseph Ratzinger como en la Alemania de Hitler se trataba de "liquidar el vínculo entre Iglesia y escuela y que el fundamento espiritual de ésta última no fuera la fe cristiana, sino la ideología del Führer".

En España, el Gobierno de Rodríguez Zapatero se ha caracterizado por sus ataques a la Iglesia Católica así como por sus constantes guiños a los musulmanes. Eliminar la influencia del catolicismo en nuestro país es una de las prioridades de su gestión y si para ello necesita servirse de otra religión, lo hará. Recordemos que grupos de pensamiento próximos a nuestro Presidente barajan la idea de prohibir las procesiones de Semana Santa.

La asignatura Educación para la Ciudadanía, en la que muchos ilusos creen que sólo se va a explicar nuestra Constitución, trata de crear ese sustituto necesario inculcando una ética esculpida a la medida de Zapatero con la que hay que estar de acuerdo para poder aprobar. La nueva Religón ya tiene nombre, el Proyecto Humano lo llama José Antonio Marina. A la vez se dificulta la enseñanza de la Religión Católica.

A esto hay que añadirle la manipulación que desde el PSOE y sus tentáculos se llevó a cabo con la nota de la Conferencia Episcopal para las Elecciones Generales de Marzo. Un intento burdo de quitar a la Iglesia la legitimidad para opinar. "¡Que la Iglesia no vote!" gritó enfervorecida una asistente a un mitin de Zapatero. Éste sonrió encantado. "Lo vamos consiguiendo", pensó.

Rodríguez se atrevió a decir como debería haber sido la nota de los obispos para que él quedara satisfecho. Como no fue así, como no coincidió con sus opiniones, los obispos fueron llamados "integristas" y "fundamentalistas" desde el Gobierno de España. Pero José Blanco llegó más lejos. Instó en su blog a monseñor Cañizares a no "usar el nombre de Dios en vano". Él, un ignorante en toda regla diciendo a un obispo cómo ha de practicar su fe. Si se opone a sus políticas hay que reconducir sus opiniones. Si se opone a alguna medida del Gobierno, su fe ha de ser revisada.

Muchos tenemos claro que a Zapatero le encantaría eliminar la influencia del catolicismo y otras religiones, esencialmente las cristianas, de la vida de los españoles. Y sustituirla por un conjunto de creencias organizadas por él. Así como ocupar las Iglesias y dirigirse desde el púlpito a un auditorio que no ose rechistar a lo que él dice. Él sabe lo que nos conviene.

La imagen que acompaña a esta entrada representa excepcionalmente lo que quiero decir. Zapatero se mete en una Iglesia, afortunadamente desacralizada, y desde ahí suelta su arenga ante un Cristo convenientemente iluminado. Debajo de Rodríguez un lema que parece decir "para creer en mí tienes motivos, para creer en Cristo no". Realmente aterador.