jueves, 10 de abril de 2008

El Gran Hermano no descansa, nunca, en ningún sitio.

He leído una noticia de 2006 que no por ser antigua es menos escalofriante. El gobierno británico ha colocado en alrededor de medio millón de cubos de basura unos instrumentos electrónicos espía. Estos aparatos transmiten información sobre los contenidos de los cubos a una base de datos que graba esa información acerca de los hábitos de la gente que utiliza cada contenedor. La mayoría de esos inventos se han colocado sin avisar a los dueños. Se ubican en el borde frontal de la tapa y se activan cada vez que ésta se abre.

La excusa oficial es que así se "mejora la eficiencia" y se resolverán mejor "las disputas entre vecinos por la propiedad del cubo". También se han puesto para controlar cuánto recicla la gente e imponer multas, el medio ambiente es la nueva excusa que permite robarnos nuestra libertad. El conservador Andrew Pelling ha dicho: 'Esto es nada más y nada menos que tener un espía en cada cubo de la basura y no creo que una intromisión tal en la vida privada de la gente se hiciera ni siquiera en la Unión Soviética".