miércoles, 23 de enero de 2008

Consecuencias de una farsa

Al enterarse repentinamente de que estaba embarazada, Toni Vernelli, desesperada, decidió abortar. Aterrorizada ante la idea de poder tener un hijo pidió encarecidamente a su ginecólogo que dispusiera todo lo necesario para su esterilización. El médico se negó, Toni tenía 25 años y su doctor opinó que sería un gran error perder la posiblidad de tener hijos tan joven. Pensó que podría arrepentirse.

Entonces, Vernelli buscó "sin cesar" a un doctor que llevara a cabo la cirugía irreversible. Y lo consiguió. Con 27 años fue esterilizada. Ahora con 35 años, no se arrepiente. Ni de su aborto ni de haberse negado lo posibilidad de tener hijos. Las implicaciones morales que le planteaba el hecho de traer una nueva criatura a este mundo no las hubiera podido soportar. Su novio Ed, al que conoció una semana antes de la intervención, le envió una tarjeta al hospital para felicitarla por su decisión. Ahora que es su marido, sigue satisfecho.

Pero, ¿por qué abortó Toni sin dudarlo? Y, ¿qué horribles consecuencias le llevaron a pedir la esterilización de forma inmediata? ¿Por qué cuando su primer ginecólogo entendió que era demasiado precipitado realizar esa intervención con 25 años "fue a la caza" de otro médico dispuesto a operarla? ¿Qué temía tanto? ¿Qué estaba poniendo en riesgo?

Ella lo explica fácilmente. Lo hizo "para proteger el planeta". Según ella "tener hijos es egoísta. Va sobre mantener tu línea genética a expensas del planeta". "Toda persona que nace utiliza más comida, más agua, más terreno, más combustibles fósiles, más árboles y produce más basura, más polución, más gases de efecto invernadero, y se suma al problema de la superpoblación", piensa. Y añade, "hubiera sido inmoral dar a luz a un niño que yo sentía firmemente que sólo hubiera sido una carga para el mundo".

Sin entrar en el debate del cambio climático, de si existe o no, de si es provocado por el hombre o no, de si la concentración de dióxido de carbono hace aumentar la temperatura o sucede al contrario, ya comenté en un post anterior cómo los medios de comunicación y los políticos trataban de vender un falso consenso científico en torno al asunto. Pero jamás pensé que la presión informativa pudiera llegar a tener estas consecuencias. Nunca imaginé que alguien fuera capaz de poner una teoría científica no demostrada por delante de una persona. Sí, una persona consume recursos, pero es evidente que aporta muchas otras cosas. ¿Cómo se puede convencer a alguien de que un niño es solamente "una carga para el mundo"?

Mientras esta señora aborta y se esteriliza por culpa de un movimiento global de manipulación, los promotores de esta gran farsa se mueven por el mundo en aviones privados que llenan la atmósfera de gases de efecto invernadero (¿hasta cuándo esta equívoca expresión?), viven en grandes casas que consumen mucha más energía de la necesaria, comen y beben más de lo necesario, poseen minas que contaminan (Al Gore) y, eso sí, fieles a la teoría del control de la población miran hacia otro lado cuando se cometen genocidios que es mejor no ver (O.N.U.)...

El primer hijo de Toni Vernelli no nacerá nunca. ¿Pesará eso en la conciencia de los que han convencido a esta chica de que "es inmoral dar a luz a un niño"?

Desfortunadamente el caso no es único. Sarah Irving y su prometido Mark Hudson decidieron también esterilizarse porque "un bebé contaminaría el mundo". En este caso Mark se hizo la vasectomía.

Yo me pregunto una cosa. ¿Se alegran Toni, Ed, Sarah y Mark cuando mueren otras personas? ¿Cuándo ven el periódico que un terrorista ha matado a decenas de consumidores de comida son felices? ¿Si en un accidente de tráfico o de avión mueren varios productores de basura lo celebran? ¿Si se encuentra una cura para alguna enfermedad se entristecen?

Toni y Ed, Sarah y Mark, dos casos de ¿cuántos?