La Policía Nacional ha detenido en Madrid a cinco miembros de una banda (dos brasileños, dos dominicanos y un español) por extorsionar a empresarios en nombre de ETA sin tener ninguna relación con la banda terrorista. Los delincuentes pedían entre 15.000 y 50.000 euros a empresarios de toda España. Las misivas amenazantes hicieron sospechar a la Policía porque en ellas no estaban presentes algunas de las características habituales de las cartas de ETA.
El error que han cometido no es haber delinquido haciéndose pasar por etarras, el error es no pertenecer a ETA. Si hubieran sido etarras:
- El Gobierno habría mirado para otro lado poniendo en duda la credibilidad de los que habían recibido las cartas como hizo cuando empresarios navarros recibieron cartas similares.
- El policía responsable de la operación se habría mostrado contrario a la misma como hizo el inspector jefe Carlos G. H. con la que él mismo dirigía para desmantelar el aparato financiero de ETA en 2006. Perjudicaba el "proceso".
- Cuando la Policía estuviera preparada para detener al jefe de esta banda, habría recibido un teléfono móvil de manos de un desconocido mediante el cual se le hubiera avisado de que estaba siendo controlado por la Policía y de que iba a ser detenido de un momento a otro. Una llamada parecida a la que recibió Joseba Elosua el 4 de mayo de 2006 en el bar Faisán de Irún cuando el juez Grande-Marlaska iba a ordenar su detención.
- El Comisario General de Información habría tardado casi una semana en avisar a la Audiencia Nacional de que alguien había advertido al delincuente de que estaba a punto de ordenarse su detención.
- Aunque los policías tuvieran en su poder casi un centenar de fotografías del lugar donde se produjo el soplo tomadas en los días anteriores y posteriores al chivatazo no aparecería ninguna de ese día, así se impediría conocer el rostro de la persona que alertó al delincuente.
- Los agentes sospechosos de haber dado el chivatazo habrían investigado el caso evitando así que el responsable fuera descubierto. Después varios de ellos habrían sido trasladados a Asuntos Internos.
- La investigación sobre el soplo habría sido paralizada y casi dos años después no habría responsables del delito. El juez se habría pronunciado únicamente si alguna información periodística relacionara a alguien del PSOE con el chivatazo. Lo que sería sorprendentemente similar al silencio de Baltasar Garzón sólo roto para exculpar al jefe de seguridad del Partido Socialista y a un comisario participante en la operación que habían hablado ese día entre ellos, el primero desde la sede del PSOE en Ferraz y el segundo desde la zona del soplo.
- Cuando el jefe de esta banda hubiera sido detenido se habría decretado su puesta en libertad. La Fiscalía habría encargado un informe médico que asegurara que "el ambiente cerrado y estresante inherente a la prisión influye muy negativamente en las esferas psíquica, física y emocional, favoreciendo las complicaciones médicas, que en su caso ya son severas de base" y solicitando que "sea valorada por la autoridad judicial de quien dependa la posibilidad de libertad provisional por enfermedad, al encontrarse en prisión preventiva".