lunes, 28 de enero de 2008

Zapatero y el sentido común

Estas últimas semanas he notado un cambio en mi actitud hacia el presidente de nuestro Gobierno. Antes me indignaba escuchar las sandeces que dice habitualmente. Solía aguantar estoicamente sin cambiar de canal cuando aparecía en televisión, la necesidad de información podía con las enormes ganas de cambiar de canal que me entraban. Pero ahora todo es distinto, cada vez que veo a Zapatero, cada vez que leo una entrevista, cada vez que le eschucho en la radio no puedo evitar reírme. Me parece ridículo todo él. Ridículo cuando dice las tonterías habituales, ridículo cuando acentúa erróneamente las palabras, ridículo cuando gesticula, ridículo cuando hace teatro para enfatizar algo (ver los 18 segundos iniciales de este vídeo), ridículo cuando su última defensa por el proceso de rendición ante ETA consiste en compararse con Aznar, ridículo cuando hace que se ríe de su muñeco de guiñol en ese vídeo de la Z. En fin, un personaje de comedia. Muy divertido si no fuera nuestro presidente.

El caso es que con mi nueva actitud he vuelto a leer la entrevista que concedió al diario El Mundo hace unas semanas y que fue tan comentada. Sí, esa en la que reconoció que tras los dos asesinatos de ETA siguió con las negociaciones mientras él, miembros del gobierno y del PSOE lo negaban rotundamente. En la que, además, reconoció implícitamente que hay "instancias internacionales" que tienen sobre él el suficiente poder como para forzarle a seguir vendiendo a los españoles después de dos asesinatos. Si Aznar era lacayo de Bush, ¿de quién es lacayo Zapatero? Aunque realmente, lo de las instancias internacionales no me lo creo, me parece una mentira más. Bien, pues en esa entrevista me encuentro con la siguiente frase:

Resultaba inconcebible para cualquier demócrata, para cualquiera con sentido común, que en un proceso abierto en el que el diálogo se mantenía, hicieran una barbaridad como la de la T-4 como elemento de presión.
Y descubro que no me hace tanta gracia este tío. Pero señor Rodríguez, usted es más tonto de lo que podía imaginar. ¿Quiénes cree usted que son los etarras? ¿Cómo puede decir semejante chorrada sin que se le caiga la cara de vergüenza? Cualquiera "con sentido común" sabía lo que estaba pasando, sabía que ETA se estaba armando, sabía que estaba extorsionando, y usted también lo sabía. Y por eso cualquiera "con sentido común" sabía que antes o después iban a atentar. Y sabíamos que antes o después iba a morir alguien. Mientras tanto, usted confiaba en los asesinos de la ETA.
Pero, de esa frase se puede deducir sin dificultad que, aunque lo de la T4 le pareció que no era de "sentido común", las otras bombas que ETA colocaba periódicamente en las que, afortunadamente no hubo muertos, si le parecían razonables. Así como las cartas amenazantes para cobrar el impuesto revolucionario, el robo de pistolas, los zulos con arsenales, los mítines en los que se disparaba al aire...

Esto confirma que, aunque en las formas me lo parezca cada vez más, no es en absoluto divertido tener a un tío de semejante calaña dirigiendo los designios de España. Sería divertido presidiendo un club de fútbol o una asociación de poca relevancia, pero dirigiendo mi país no. Aun así no podré evitar la risa cuando escuche sus insultos a la oposición y recuerde aquello de:
A cada insulto que recibamos, nosotros una propuesta. A cada descalificación una idea. Y a cada exageración una sonrisa
Será que en su diccionario "propuesta" significa "fascistas", "idea" significa "asesinos" y "sonrisa" significa "no te quejes que a mi abuelo también lo mataron en la guerra".