miércoles, 2 de abril de 2008

El Athletic de Bilbao y el racismo políticamente correcto

El Athletic Club de Bilbao tiene una filosofía un tanto particular que consiste, más o menos, en que en el equipo sólo pueden jugar personas nacidas en el País Vasco, Navarra y La Rioja. Hace unos años fichó a un jugador vasco-francés y se montó una pequeña polémica, pero aparentemente se ha aceptado de facto la posible presencia de jugadores de esa región. Aun así en el equipo han jugado deportistas nacidos fuera de esas regiones, por ejemplo, el extremeño Ernesto Valverde (actual entrenador del Espanyol). Alguien me tendrá que explicar porqué han de ser de esas regiones. Si el equipo es de Bilbao debería limitarse a bilbaínos, como mucho a vizcaínos, pero pasar a aceptar a todos los vascos me parece un salto de difícil explicación. El doble mortal que hace que lleguen hasta La Rioja ya no pretendo entenderlo.

Ese criterio hace que la gente considere que el equipo tiene un mérito especial. El Athletic es, junto con el Real Madrid y el Barcelona, el único equipo que ha militado en Primera División toda su historia. Además ha ganado 8 Ligas y 24 Copas del Rey, lo que le convierte en el tercer equipo con más títulos de España. Aunque ahora esté en horas bajas. Yo también creía en ese mérito hasta 1997. En ese año el Athletic pagó 2.000 millones de pesetas por el defensa vizcaíno Roberto Ríos, un desembolso estratosférico por un futbolista que no valía tanto. Pero, claro, era de Portugalete. Fue en aquel momento el futbolista español por el que se había pagado más dinero. Es decir, el Athletic pagó una cantidad enorme de dinero por un jugador debido a que era vasco. Eso tiene para mí una doble interpretación. Por un lado, la filosofía del Athletic significa tirar el dinero, pagar más de lo que algo vale por que cumple un requisito, y me parece ridículo. Por otro lado, el club cuenta con el dinero suficiente para pagar la mayor cantidad intercambiada por un jugador español en 1997. Es decir, es uno de los clubs con más dinero. Y es ahí donde, en mi opinión, pierde todo ese supuesto valor añadido que tienen sus victorias. Sí, se limita a jugadores de unas determinadas regiones, pero ha tenido dinero para gastar y derrochar. Creo que tienen más mérito los equipos que tienen otra limitación, una que no se han impuesto voluntariamente con algún extraño objetivo, una que les limita a fichar a jugadores que cumplan una condición muy sencilla, que sean baratos, es decir, que sean peores o que sean jugadores que poca gente conoce y que han de buscar con lupa por el mundo.

Pero quiero centrarme en otra cosa. En los equipos inferiores tampoco se admitían jugadores de fuera, aunque a veces se hacían trapicheos e interpretaciones ad hoc. En el primer EL CORREO tras el atentado de Calahorra la foto de la portada no era Calahorra destrozada, eran tres chavales de las categorías inferiores del Athletic (así es Vocento). Los tres eran extranjeros, un francés y dos africanos. Decía el periódico que habían decidido aceptar a jugadores extranjeros en la cantera. El motivo esgrimido es que no se puede estar de espaldas a la realidad y que ahora llegan a Bilbao inmigrantes de todo el mundo que quieren jugar en el equipo.

Y esto es lo que me parece vergonzoso. ¿Cuánto tiempo llevan emigrando al País Vasco españoles de todas las regiones? Pues desde siempre. Pero para ellos no se hizo un cambio. A esa realidad sí se le podía dar la espalda. Ahora que llegan extranjeros se hace la modificación con unos motivos perfectamente válidos para haber admitido a chavales de Valladolid hace décadas. Por supuesto, ahora ya pueden entrar otros chavales españoles, sólo faltaba que admitieran a todo el mundo menos a los españoles no vascos, navarros o riojanos.

Por supuesto el club se ha puesto a la vanguardia de la corrección política y está muy atento a los posibles casos de racismo hacia los negros. Si al público o a algún compañero se le ocurre mencionar el color de piel del chaval, tendrá un problema. Si a uno que es pequeño le llaman enano no pasará nada. Lo gracioso es que un club que lleva mucho tiempo practicando el racismo ahora se postula como el defensor de los derechos de los extranjeros, no de los de Valladolid. Ya lo dijo Arzallus: "Prefiero un negro que sepa euskera, a un blanco que no lo hable".