jueves, 28 de febrero de 2008

Zapatero y la violencia doméstica

Antes de nada hay que ver con detalle el lamentable espectáculo teatrero de los 18 primeros segundos de este vídeo. Especialmente entre el segundo 9 y el 10 cuando pronuncia la palabra "combatir" como si necesitara de forma urgente un chute de laxante.


Antes de las Elecciones Generales de 2004 Rodríguez Zapatero hizo de la violencia doméstica (solamente de la que sufren las mujeres) una de sus banderas. Llego a tal punto de desvergüenza que acusaba al Partido Popular de permitirla. Según nuestro Presidente, el Partido Popular es un partido machista y no le preocupa ese asunto, por eso permitía esos asesinatos sin inmutarse. Pero para eso estaba él, el rojo feminista, para solucionarlo todo.

Desde que el PSOE ha llegado al poder el número de asesinadas no ha descendido y sigue siendo alarmante. Continúa una tendencia creciente que ha hecho que en 2007 se alcance la cifra de 118 asesinatos (ver gráfica).

Las medidas tomadas por Rodríguez han sido ineficaces. Entre ellas quiero destacar el nombramiento de una impresentable como Presidenta del Observatorio contra la violencia doméstica. Me imagino que ahora la culpa de los crímenes no la tendrá el Partido Popular por machista. Ahora el misógino debe de ser el PSOE, ¿no Z? Esta semana se ha llegado a un extremo todavía más trágico con 4 asesinatos en 24 horas. El fracaso del Gobierno en esta materia es evidente

Pero Zapatero ha cogido el toro por los cuernos y tiene la solución. Si gana las elecciones, convocará durante su primera semana como presidente de Gobierno una conferencia extraordinaria y urgente de presidentes autónomicos para hacer un plan de lucha contra la violencia de género. ¿Cree que así va a solucionar algo? ¿Cree que los presidentes de las autonomías van a saber hacer algo? ¿Cree que, por ejemplo Ibarreche, puede saber cómo solucionar el problema? Nuestro Presidente deja claro que no tiene ni idea de cómo afrontar los problemas que planean sobre los españoles. Pero es peor ver como nos toma por imbéciles anunciando medidas tan ridículas como ésta.